Por Péndulo Hebreo: una barca al inconsciente. Por Desiree Colina Ramos
Como una barca divina construida de madera sagrada como el roble o el nogal, esta herramienta nos permite embarcarnos en este viaje hacia nuestro interior de forma consciente.
El mundo subconsciente del ser humano es un gran océano profundo, oculto y luminoso que existe bajo sus propios términos, reglas y normativas. Usualmente el consciente desconoce y se le dificultan los medios para acceder a esta parte que necesita (subconsciente) para establecer orden, armonía y evolución. Constantemente el consciente recibe señales del subconsciente a través del mundo intuitivo, onírico, energético y místico; sin embargo, muchas veces no comprende o sabe interpretar los mensajes y el proceso de comunicación se corta.
Este océano infinito que denominamos subconsciente nos conecta con la gran red universal de amor y allí van a emerger varias corrientes de agua que estarían representadas por las facetas del inconsciente. Estas facetas están conformadas por las creencias, patrones de comportamiento, memorias emocionales, lazos energéticos con otras personas, creaciones atemporales, conexiones con existencias simultáneas (vidas pasadas y futuras), entre otros aspectos de infinitas probabilidades de este mundo misterioso.
El consciente somos nosotros en el estado del aquí y el ahora, intentando nadar en este océano. Tras un trabajo profundo, nos dirigimos hacia esas corrientes de vibrantes y variados movimientos. Entrar en este proceso de sumersión para sanar requiere de muchas energías de altas frecuencias y de un medio idóneo para navegar en estas aguas.
Uno de estos medios idóneos que la fuente de amor universal nos regaló para sumergirnos en estas aguas, es el Péndulo Hebreo. Como una barca divina construida de madera sagrada como el roble o el nogal, esta herramienta nos permite embarcarnos en este viaje hacia nuestro interior de forma consciente.
El Péndulo Hebreo es una herramienta radiestésica y radiónica, es decir; por un lado, nos permite diagnosticar de forma consciente los niveles de energía de nuestro campo electromagnético y de los siete cuerpos o capas que conforman el primer sistema donde se une el alma humana con el alma divina para la unificación del ser; por otro lado, podemos irradiar ondas de energía que actúan como programas que resetean los patrones, programas o sistemas obsoletos del inconsciente para sembrar nuevas semillas de germinación para la renovación, sanación, armonización y evolución del mismo. El cultivo de las semillas es un trabajo que realizamos de forma consciente, el milagro en sí lo hacemos nosotros del interior al exterior.
Esta maravillosa barca de posibilidades nos permite adentrarnos a las mareas del subconsciente y descubrir nuevos horizontes, a través de la tecnología del alma, implementando la teoría de formas con el uso de letras hebreas, establecemos un canal directo y claro de comunicación desde el consciente al inconsciente. De una forma segura, práctica y muy potente donde empezamos a dirigir nuestro ser hacia lo que es, para cumplir con la misión y el propósito con el cual encarnamos, y más allá de eso, para explorar todas las posibilidades de la existencia misma, es el camino en sí y no el resultado, pues somos constantemente alquímicos.
Desiree Colina Ramos
