Terapias Holísticas

Que tiene que ver el proposito personal con el ermitaño del Tarot. Por Nicole Vargas Sandoval

Invitar al El Ermitaño a nuestras vidas, es conectarte con esa luz celestial y terrenal que necesitamos para alcanzar la sabiduría, la conexión universal, la resonancia perfecta, la unión álmica y su eventual expansión. Es creer es nosotros mismos, seguir descubrir y aventurarse a seguir el propósito personal.

Tantos años con sistemas de creencias rígidos, apuntando directamente a opacar nuestro poder personal creativo y dejando a muchos con muy baja autoestima y fragmentados, sin fuerzas para continuar. Pero hay que seguir sobreviviendo, en este estado de desmotivación, esperando que por arte de magia alguien o algo llegue para mejorar todo nuestro entorno, nuestras emociones y nuestro estado vibratorio.

Entonces como nos aferramos a lo externo pidiendo una ilusoria felicidad, también estamos propensos a absorber la oscuridad de ello, como los miedos, las creencias limitantes, la angustia, la falta de dirección, la desconexión, las enfermedades, las paranoias. Escenarios que se instalan fuertemente en nuestro ADN y parecen no decaer, convirtiéndonos paradójicamente en seres solitarios pese a estar más apegados a lo social que nunca.

Este último tiempo, sin embargo, se ha agudizado la intuición, a través de los sueños, de las sincronías, etc. Porque toda la densidad que la ocultaba se está transformando. Los procesos se están acelerando, las frecuencias están aumentando gracias a tanta trasformación y elevación espiritual que dan ganas de hacer cosas distintas, de salir de la zona de confort, de reinventarse. Está naciendo la energía donde queremos reunirnos con nuestra luz y expandirla al mundo para no ser absorbidos en el dolor de las construcciones sociales. El problema o más bien, eso creemos, es que para que nazca la luz interior necesitamos un momento de aislamiento para que las conexiones se agudicen y se reconozcan cualidades personales y brillos que han estado opacados por mucho tiempo, lo que no tiene mucho que ver con las exigencias sociales.

Invitar al El Ermitaño a nuestras vidas, es conectarte con esa luz celestial y terrenal que necesitamos para alcanzar la sabiduría, la conexión universal, la resonancia perfecta, la unión álmica y su eventual expansión. Es creer es nosotros mismos, seguir descubrir y aventurarse a seguir el propósito personal.

¿Cuáles son los obstáculos?

Principalmente recorrer el camino de la paciencia. Al estar acostumbrados a un ritmo de vida inmediato, nos cuesta que las cosas tomen su lugar en el momento y en el tiempo preciso. Queremos controlar los procesos, forzarlos y saltarnos los ciclos naturales, aumentando nuestro ego, nuestra soberbia, pero también nuestra sensación de inferioridad y miedos a no ser suficientes. Cuando conectamos con los ciclos, conectamos con la idea de la unidad, de que todo es perfecto, de que somos a semejanza de la naturaleza y que así contemplando debemos permanecer, sin rendirnos, planeando incluso, pero en rendición.

Y esto me lleva al otro obstáculo: la resistencia al cambio y al paso del tiempo. Por un lado, nos resulta tan difícil luchar contra estructuras tan fuertemente instaladas que no nos sentimos merecedores de provocar transformaciones. Tan poco creemos en nuestro poder que sentimos que no podemos hacer ninguna intervención para que las cosas mejores. El miedo nos hace resistentes, rígidos, nos hace inventarnos excusas y nos hace creer ciegamente que allá arriba es más poderoso. Pensamos incluso que esos cambios no son necesarios, que nada ha cambiado y nos queremos aferrar a lo tradicional, defendiéndolo, intelectualizándonos y cortando nuestro flujo energético.

Por otro lado, nos gustó tanto esto de conectar con nosotros, que se nos olvida nuestro propósito, expandir, colectivizar. La individualidad crece, la incomodidad de los demás amarga, molesta, hace que nos miremos y no nos guste nuestro reflejo, por lo tanto, todos los demás tienen la culpa, ya que de alguna forma tenemos que sacar ese enojo de no disfrutar. Otra vez el miedo a mostrarse a defender una verdad.

El tema es que no podemos obviar que las cosas han cambiado y que tenemos que abrirnos a esas transformaciones desde el interior para verlas en el exterior. Tenemos que a ser sabios en la soledad y en el silencio porque así conectamos con nuestra intuición. La intuición es la llave más potente y escucharla te lleva al mundo que deseas, porque despierta tu poder creativo. Te lleva a encontrar tu propósito en la vida, a descubrirlo, a entender que es uno que te gusta y que tienes derecho a disfrutar la vida, como a ti te resuene, contigo, en luz, en soledad, con paciencia y en amor. Todos necesitamos transitar por el ermitaño para conectarnos para seguir luchando y derribar lo que nos oprime, pero por sobre todo para enaltecernos para vibrar alto y ayudar a que todo lo que nos rodea se contagie de esa energía.

Tu propósito es fundamental, no lo obvies, no te dejes amedrentar por lo que es políticamente correcto, aventúrate a encontrarlo, déjate llevar por tu intuición, y ábrete a recibir los regalos del universo tiene para ti.

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