Desarrollo Personal

“La curiosa paradoja es que cuando me acepto cómo soy, puedo cambiar”.

El hecho de aceptar cómo somos, modifica algo en nosotros que antes no estaba.

A raíz de esta frase que planteaba Carl Rogers en su momento, despertó en mí la elaboración de toda una observación.
Tomar conciencia de quiénes y cómo somos es el primer paso para poder aceptarnos a nosotros mismos. Pero primero… ¿Cómo sabemos quiénes somos?
«¿Quién soy?» Puede parecer una pregunta fácil de responder y a su vez muy compleja.
Algunos tenderán a responder diciendo su profesión o a qué se dedican, otros dirán su nombre, otros su color de piel, su orientación sexual, cultura, religión, y así infinidad de respuestas.
A continuación, permitámonos profundizar por un instante sobre esta reflexión, aquí va mi aporte.
Uno simplemente no es de una manera determinada, determinante ni fija. Si bien hay ciertas cualidades que permanecerán durante la mayor parte de nuestra vida casi intactas (incluso nuestro color de piel va cambiando con el tiempo), uno en realidad está siendo en cada momento, en cada segundo. Ser no es algo fijo, estático e inamovible. El ser (verbo) un individuo es un proceso dinámico continuo, de construcción y deconstrucción a la vez, es un suceder, un transcurrir de la existencia misma. Es atravesado constantemente por un
contexto y por cómo interacciona esa persona a dicho contexto. Cada situación es diferente y única, así como también lo estamos siendo nosotros ante tales situaciones.
Es válido, a su vez e integrando lo anterior, vernos y sentirnos a nosotros mismos como personas que tendemos a ser de una determinada forma ante múltiples y diferentes situaciones, como si fuese un rasgo estructural de nuestra personalidad. Un ejemplo podría ser: «En general tiendo a ser temeroso, no valiente». Ahora bien, esto no debiera significar que deba ser o sea temeroso siempre o que no pueda ser valiente en algunas situaciones.
Retomando la frase del título. Es a partir de ese proceso de aceptación que nos podemos volver personas más flexibles, con mayor apertura y visión y por consiguiente permitirnos realizar cambios que creemos que debemos hacer para poder dejar de ser aquello que fuimos, o aquello que nos disgustaba, inquietaba, o nos generaba conflictos. En definitiva, acercarnos cada vez a como más queremos ser, dándole espacio y surgimiento a nuestra
autenticidad, validándola.
Esto último suponiendo que se trata de algo a conciencia y voluntad propia. Pero por otro lado, y así mismo, la misma experiencia de aceptación trae consigo un cambio, ya que de por sí, el hecho de aceptar cómo somos, modifica algo en nosotros que antes no estaba. Entonces, mi reflexión final para compartirte, la formularía: «Si acepto ahora que soy así, ya no soy el
mismo de antes, cambié. Al aceptar como soy, en realidad estoy siendo, entonces cambio.»

Compartir

Deja tu opinión

Recurso 9@2x-80e Excelente
12
Recurso 7@2x-80e Muy buena
7
Recurso 10@2x-80e Buena
5
Recurso 11@2x-80e Regular
0
Recurso 8@2x-80e Mala
0

Escribe una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar