Testimonio de Cáncer de Útero curado mediante EL PODER DE LA IMAGINACIÓN. Joe Dispensa
Sin MEDICINA NI HOSPITALES… Así es… tal y como los médicos titulados dicen que es imposible y que es un engaño.
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25 de octubre de 2019
Hace tres años, a Eefje, una estudiante de nuestra comunidad procedente de los Países Bajos, se le diagnosticó un cáncer de cuello de útero. Al recibir la noticia de su diagnóstico, siguió el protocolo sugerido y fue operada. Al principio todo parecía estar bien, pero varios meses después su cáncer volvió a aparecer con un grado mayor de gravedad y agresividad. Para entonces, se había extendido por toda la zona abdominal.
Tras revisar sus siguientes escáneres, los médicos le dijeron que había un cero por ciento de posibilidades de que sobreviviera. A pesar de la noticia, ella y su marido tenían la sensación de que los médicos estaban equivocados. Eefje sugirió al personal médico que siempre había una posibilidad de que alguien pudiera sobrevivir, y ella lo creía de verdad. Los médicos, disculpándose, no estaban de acuerdo con la pareja.
Eefje cambió inmediatamente su dieta, se sometió a quimioterapia e hizo todo lo que se esperaba en tales circunstancias. A pesar de todos sus esfuerzos por atajar el cáncer con tratamientos convencionales -como asunto a tratar-, su estado siguió empeorando durante este tiempo. Aunque las sombrías noticias de los médicos no cambiaban, ella seguía queriendo creer que podría superarlo.
«Hagas lo que hagas, no vas a sobrevivir. Puede que vivas un mes más, pero eso es todo», le dijeron una vez más. En pocas palabras, los médicos le aconsejaron que se fuera a casa a ocuparse de sus asuntos.
Un día, no mucho después, mientras navegaba por YouTube, se encontró con una de mis conferencias y la información que escuchó le pareció muy interesante. Como no tenía nada que perder, compró mis libros, vio más vídeos y empezó a meditar. Incluso se dijo a sí misma que si alguna vez tenía la oportunidad de asistir a un taller avanzado, iría. El pasado mes de abril asistió a uno de nuestros eventos avanzados de una semana de duración en Mallorca.
Al principio, admite, sintió que no era lo suficientemente digna para recibir la curación de su cáncer. Hay gente aquí que está muy enferma y en silla de ruedas, pensó.
El último día del taller recibió la noticia de que iba a ser una de las personas en el centro de un círculo de curación. Inmediatamente sintió una inmensa gratitud por el simple hecho de haber sido seleccionada. Durante toda la semana había tenido dificultades con algunas de las meditaciones, así como con su capacidad para ir más allá de sí misma, pero ese último día, cuando entró en la sala donde se reunía nuestra comunidad para realizar una sanación de coherencia, tuvo la clara sensación de que iba a ser sanada.
Una vez que su cuerpo estuvo en el suelo y los sanadores la rodearon, la curación comenzó y su cuerpo empezó a moverse de forma incontrolada sin que nadie lo tocara. La energía estaba afectando a la materia. Esta clase de excitación continuó junto con profundos sentimientos de amor puro. En algún momento sintió como si algo o alguien la alcanzara por dentro y sacara «algo» de su cuerpo. En ese momento tuvo el pensamiento, el cáncer se ha ido. Ha desaparecido. Esa noche se fue a casa y le dijo a su marido que creía que estaba curada, pero que aún tenía que demostrarlo.
Así que acudió a sus médicos para que le hicieran las pruebas, los escáneres y las evaluaciones necesarias. Y, efectivamente, escuchó las palabras que nunca pensó que escucharía de una persona que llevaba una bata blanca.
«¿Sabe qué?», le dijo el médico. «No hay nada de qué preocuparse. No queda ni un solo rastro de cáncer en tu cuerpo».
Eefje no sólo se imaginó que podía curarse, sino que se imaginó a sí misma contando su historia en un escenario de Cancún. Pero no te fíes de mi palabra. Escúchala contar su historia con sus propias palabras.
Joe Dispenza
