Por EFECTO PANDEMIA. Por Nicole Vargas Sandoval
El autoconocimiento como herramienta para mejorar la salud mental.
Es innegable que en este periodo las personas se hayan sentido desconectadas de ellas mismas, reflejando una profunda falta de autoconocimiento.
Se han producido cambios tan significativos que la sorpresa y desconcierto han ocupado un lugar importante (cambios de roles, los hijos estudian en la casa, el teletrabajo, nuevas formas de relacionarse con la pareja, con la familia, convivir en condiciones de hacinamiento en muchos casos, etc.) que incluso la sensación de “algo no está bien en mi” crece sin saber cómo abordarla.
Es por eso que no se sabe qué hacer y la desesperación aumenta porque aparecen una serie de síntomas que alteran el “normal” o conocido comportamiento y dinámicas. Se generan expresiones y emociones de mucha rabia, pena, tristeza, miedo paralizante, irritabilidad, menos tolerantes, paranoia, estrés, dificultad para conciliar el sueño, desmotivación, problemas físicos, dolores musculares, digestivos, dolores de cabeza tensionales, etc. Y, por ende, los niveles de autoestima, valor propio y confianza han disminuido porque no se llega a comprender quién es uno ahora.
Estos cambios emocionales tienen que ver incluso con cambios energéticos que paralelamente de producen en el cuerpo, que no tienen como finalidad más que DE MIRARNOS, DE CENTRARNOS EN NOSOTROS, DE RESOLVER TEMAS INCONCLUSOS O DE BUSCAR NUEVOS CAMINOS, (reinventarnos, emprender, ponernos a prueba incluso en situaciones extremas)
Pero… como NO estamos acostumbrados a darnos el espacio, a sentir esas nuevas sensaciones porque nunca se nos había dado la oportunidad de parar, las sentimos como UNA SENSACIÓN EXTRAÑA, y esa sensación efectivamente puede causar ESTADOS TRANSITORIOS ANSIOSOS O DEPRESIVOS, MANÍACOS, etc. Sin embargo, para obtener ese diagnóstico también se deben analizar otros factores como tiempo, profundidad, conductas, consecuencias, etc.
Es innegable que la pandemia ha traído consecuencias en todos los seres humanos, de alguna u otra forma se han removido muchas cosas, hemos tenido que adaptarnos a vivir una “nueva normalidad” y eso ha generado cambios claramente emocionales. También ha hecho evidentes elementos en torno a la salud mental y su deterioro que vienen de mucho tiempo antes de todo esto. La pandemia es algo así como la gota que rebalsa el vaso de situaciones que a nivel social y emocional son insostenibles y que no se les estaba dando espacios.
Desde lo que yo abordo he podido identificar y tratar estos efectos emocionales transitorios que generalmente están asociados también a otros conflictos que existían antes de la pandemia. Y cuando veo que esto se transforma en sintomatología más grave, es necesario activar más redes de apoyo.
Pero lo importante no es descifrar a través del cuadro clínico lo que generó un diagnóstico solamente, sino comprender que hay una salida y ésta se relaciona con poner en práctica el autoconocimiento.
Y es que, si te conectas con el autoconocimiento, puedes aumentar tu autoestima. O, dicho de otra forma, si sabes quién eres, te puedes amar, por ende, enfrentar de mejor manera lo que la pandemia nos ha venido a mostrar, como conflictos no resueltos, problemáticas en nuestras dinámicas familiares, en la relación con uno mismo, condiciones sociales, laborales, etc. Porque ves otros aspectos de ti, cualidades, habilidades, intereses que te mantienen fuerte, que elevan tu vibración y te hacen sentir fuerte y entero, con herramientas y sabiduría para enfrentar los conflictos.
En mi caso siento que han ocurrido dos fenómenos. Por un lado, personas que han tenido que dejar de lado situaciones con respecto a su salud mental por temas económicos o porque simplemente no pueden sostener sus problemas emocionales frente a tanta adversidad y ambiente de miedo que hay. Es como una huida, un mecanismo de defensa, un resguardo, porque hay tantas cosas en las que ocuparse (ya que el mundo entero se está reestructurando), que no hay energía para centrarse en uno. Sin embargo, de alguna manera son conscientes de que algo no está bien o funcionado bien.
Por otro lado, están las personas que han perseverado en sus procesos terapéuticos y que se han acercado a pedir ayuda y han querido comprometerse en sanar. Porque se han despertado crisis emocionales a causa de esta desestructura interna y social. Se han despertado miedos, términos de relaciones de pareja, o afectivas, duelos. Pero he visto muchas personas que no solo culpan a la pandemia, sino más bien que eran cosas pendientes que había que tratar, que vieron esto como una oportunidad para valorar y mejorar su amor propio.
Cualquiera de estas dos opciones, hablan de ti y te dan elementos para conocerte, para saber quién eres, cómo actúas frente a momentos de crisis, que priorizas y cómo resuelves. Lejos de juzgarse el llamado es a atreverse a sanar desde ti, ya que lo ocurrido no solo vino a desestabilizar todo un sistema social, sino que también vino a removerte interiormente y eso no debe ser dejado de lado.
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