Motivacional

Ojalá esta experiencia que te comparto resuene en ti, te movilice…..

Y sea motivo a emprender la labor de descubrir tu potencial para vivir plenamente.

… ¿Y cómo llegué hasta acá?
No lo sé
De repente me doy cuenta que en mi trabajo, estoy haciendo cosas que ya no me motivan más, no me hacen feliz.
Siento que mi jefe me subestima, no valora mi tiempo, mi dedicación, mi profesionalismo, mis habilidades. Ya deja de ser atractivo mi lugar de trabajo, ya deja de ser atractivo el after office, como cualquier tipo de plan.
De repente llego a casa y mis hijos me esperan con una sonrisa y ansiosos por jugar, por compartir un cuento, un paseo, una merienda y las fuerzas parecen escabullirse y siento que hago un inmenso esfuerzo por sonreír y buscar energías para jugar, para estar presente para mis hijos y mi pareja.
Pero la realidad es que no tengo ganas, no encuentro esa energía, esa magia, sólo siento que quiero tirarme en el sofá y poner la mente en blanco.
Un día por la mañana, una vez que salgo de la cama me sorprende un nuevo dolor (la espalda, la cintura, la cabeza…) y con él aparecen las preguntas:
¿Y cómo llegue hasta acá?
No lo sé.
¿Cómo era sentirse bien? ¿Qué era eso que me hacía sentir feliz? ¿Qué me pasa que no encuentro tiempo para un chequeo médico? ¿Dónde están esas ganas de practicar yoga? ¿Por qué lo sigo
postergando? ¿Por qué estoy priorizando la necesidad de mi trabajo, de suplir las necesidades de mis hijos, mis sobrinos, no terminar nunca a horario, llegar tarde, estar cansada, etc…
¡Me siento abrumada!
Y de repente me doy cuenta que necesito es PARAR. Que sigo por inercia y me dirige a la insatisfacción. Veo cómo mi entorno empieza a derrumbarse como piezas de dominó y yo caigo con él. ¡¡¡Observo cómo todo me indica a DETENERME!!! Dejar de hacer lo que estoy haciendo, eso que no me hace sentir feliz.
¿Cómo llegue hasta acá?
No lo sé.
Bueno, está bien: Renuncio. Renuncio a seguir así. Renuncio a mi trabajo, no me siento bien allí.
Renuncio a la rutina infame. Renuncio a este malestar. Voy a dedicarme a mi.

¿Por qué me cuesta tanto decidir?
¡Me voy a romper!
Tengo miedo.
Qué pasará si no trabajo, si me encuentro en casa, con todo un día entero para mí. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué va a pasar? No lo sé… Nada.
Siento que es lo mejor, para todos, pero principalmente para mí.
¿Cómo llegué hasta acá?
No lo sé.
¿Tengo miedo?  Sí. Pero más miedo me da seguir así.
Siento que va a ser lo mejor. Hoy es para mí.
Comparto ciertas expresiones que escucho en la instancia de consulta. Podrías comprender, que la persona habla desde el dolor, lo está padeciendo. Sin embargo, no la detiene al escuchar su sentir. En este caso: Parar, Detenerse
En el proceso de Counseling acompañamos a las personas, escuchando humanamente con atención, aceptando sentir profundo, siendo testigos de activos de esa revelación que se produce en la medida que se atreve a salir de la incomodidad.
Quizá te esta experiencia, resuene en ti y sea motivo a emprender la labor de descubrir eso que está en ti, ese potencial que te mueve a vivir plenamente.

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